El contacto con la naturaleza activa el sistema nervioso parasimpático, que es clave para la relajación y la recuperación. Por ejemplo, caminar en un bosque o estar cerca del agua reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Numerosos estudios han demostrado también que pasar tiempo en la naturaleza disminuye los niveles de cortisol, la principal hormona asociada al estrés.

Por otra parte, participar en actividades grupales en la naturaleza fomenta las conexiones humanas, reduciendo tensiones y promoviendo la sensación de pertenencia, crucial para el bienestar de un equipo.

Los tiempos de pausa no solo nos permiten recuperar el equilibrio, sino también generar la claridad mental y la disponibilidad emocional necesaria para enfrentar cualquier reto.

Los RETIROS PERSONALIZADOS son una herramienta idónea para reconectar con uno mismo y, desde ahí, fortalecer los vínculos del equipo.